Vivimos rodeados de etiquetas o definiciones. Estamos como clasificados. Ella es gorda, el es malo para el fútbol, yo soy tímida, soy así, soy mala para las matemáticas, siempre he sido así, tengo mal carácter etc. etc. Sren Kirkegaard escribió: "Si me clasificas (o me etiquetas), me niegas".
Cuando tenemos que estar a la altura de la etiqueta que nos clasifica, el ser deja de existir. Pasa lo mismo con las auto clasificaciones, es decir aquellas que nosotros mismos nos ponemos, o que hemos adquirido y estamos convencidos de ellas. Al identificarnos con las etiquetas clasificadoras nos negamos a nosotros mismos, dejamos que nos destruyan y nos limiten y desperdiciamos así todo nuestro potencial de crecimiento.
Todas las auto clasificaciones proceden de nuestro pasado, porque en realidad todo nuestro presente procede de algún pasado. Cada cosa que nos ocurre, o que vivimos actualmente, la generamos en nuestro pasado, con nuestros pensamientos y actitudes pasadas y las creencias que nos fueron inculcando.
Las clasificaciones o etiquetas tienen dos orígenes concretos: los demás y tu mismo. El primer tipo de etiquetas o clasificaciones procede de las demás personas. Nos las colocaron cuando éramos niños y las hemos llevado con nosotros todo el tiempo. Las otras etiquetas las creamos nosotros mismos mediante una elección generalmente para evitar tener que hacer cosas incómodas o difíciles.
Las etiquetas o auto clasificaciones son esos “Yo soy” que hemos acumulado a lo largo de nuestra vida: "Así soy yo." "Yo siempre he sido así." "No puedo evitarlo." "Es mi carácter." Ahí están, esas son las trabas que nos impiden crecer, cambiar y hacer nuestras vida nueva, estimulante y llena de momentos presentes plenos y felices.
La verdad es que cada vez que usamos cualquiera de esas etiquetas o clasificaciones de “Yo soy” estamos diciendo “pienso seguir siendo lo que he sido siempre”. En buen romance, nos negamos al cambio, nos neutralizamos.
Identifica esos “Yo soy” que tienes seguramente muchos de ellos desde tu niñez. Los otros, tu te los pusiste para justificarte o exonerarte de actuar.
Mira estos ejemplos: 1) “yo soy pésimo para las actividades manuales”. este yo soy te evita enfrentar el desafío de desarrollar tus habilidades, o sea, te limita. Tal vez el éxito de tu vida está allí y por eso no lo has logrado: porque tu te etiquetaste como muy malo para las actividades manuales y ya tienes una excusa para no intentarlo. Tal vez, desde niño te lo dijeron y .... tu te lo creíste.
2) “yo soy tímida, reservada, asustadiza” : En vez de enfrentarte con ellos y con el pensamiento autodestructivo que los apoya, simplemente los aceptas como confirmación de tu manera innata de ser. Eliges este comportamiento como una manera de evitar ser asertivo en ciertas situaciones que siempre te han resultado molestas. Estas etiquetas suelen ser un residuo de la infancia en la que había gente que tenía especial interés en hacerte creer que eras incapaz de pensar por ti mismo. Si tienes niños piensa que etiquetas les estás transmitiendo. Ten cuidado, déjalos ser.
Estas auto definiciones o etiquetas nos ayudan a evitar el difícil trabajo de ser diferente de lo que siempre hemos sido. Definimos nuestra personalidad con un "Yo soy" apropiado y todos los comportamientos negativos diciendo que están fuera de nuestro control, como si no pudiéramos elegir.
Las etiquetas nos ponen en un círculo vicioso. “Yo soy poco sociable”; “me gustaría acercarme a esa persona que me atrae”; “me acercaría a ella” ; “no, no puedo”; ¿porqué? “porque soy poco sociable” y empieza nuevamente.
Piensa cuántas etiquetas tienes pegadas en tu ser. Los “yo soy”, son las más comunes, pero en realidad, tenemos muchas otras que nos impusieron, o que elegimos para evitar el desafío, el enfrentar retos, desarrollar nuestro potencial, crecer como personas. Son en definitiva excusas, que nos destruyen y limitan.
Libérate de las etiquetas. Primero identifícalas, luego intenta ser consciente de ellas y proponte cambiarlas. Cómo? Sustitúyelas poniéndolas en tu pasado. “Yo era muy tímido”; “ voy a intentar cambiar”; “enfrentaré mis temores” etc.
Por favor, empieza a liberarte de tus etiquetas, despégatelas del cuerpo, de tu ser, de tu mente. Ah, ...y no etiquetes a los demás.
Sony Atrae la Plenitud.
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