miércoles

Los órdenes del Amor

Los órdenes del Amor. Constelaciones Familiares.


En todo sistema familiar existen lealtades que la mayoría de las veces son arcaicas, porque llevan a sus miembros a sufrir de manera absurda. Este amor y lealtad fue lo que observó Bert Hellinger en la práctica de las Constelaciones Familiares, se dio cuenta de que es “el amor ciego” “arcaico o infantil” lo que lleva a todo un sistema familiar a perpetuarse en repeticiones de destinos trágicos. En contraposición advirtió que existen ciertos órdenes que en compensación, conectan a los que lo siguen con la vida, otorgándole poder y libertad para seguir su propio destino. Dichos órdenes fueron los que dieron origen a un nuevo enfoque de las constelaciones familiares que otorga poder y fuerza.
Detrás del amor ciego, existe una profunda transgresión al amor auténtico y una fuerte lealtad al clan familiar. A través de él se repiten destinos trágicos de manera inconsciente. Son ejemplos de ese “amor ciego”:
·       Excluir a un miembro de la familia por haber realizado algo “malo o indebido” como quedar embarazada sin casarse, por exigencia del resto de la familia, por conflictos o enfermedad, o haber abortado
·       Querer encargarse de los padres o enfermarse por lealtad a ellos, porque internamente se dice “mejor yo que tú”
·       Quedarse soltero (a) por cuidar y atender a los padres
·       Rechazar a uno de los padres por lealtad al otro, es decir, intervenir en asuntos que son de ellos
·       Estar resentido con los padres o cualquier otro miembro de la familia
·       Dar de más en nuestras relaciones de pareja, haciendo al otro pequeño, quebrando el necesario equilibrio entre dar y recibir
·       No respetando a las parejas anteriores de nuestra ex pareja
·       Desacreditando a mi pareja delante de mis hijos
·       No respetando el lugar de los hijos de un matrimonio previo de mi pareja



Esos órdenes del amor fueron descritos por Hellinger en base a ciertos aspectos que observó se verificaban en todo sistema familiar.
El derecho de pertenencia. Todos los miembros de una familia tienen derecho a pertenecer y ser parte: cada persona que ha pertenecido a un sistema, indiferentemente de lo que hizo o dejó de hacer tiene derecho a pertenecer. Cuando se le excluye, alguien más adelante se ve en la necesidad de representarlo con su propia vida.
Prioridad del primero en el tiempo. El que llegó primero tiene prioridad. Las parejas anteriores tienen una fuerza especial y deben ser vistas y reconocidas por los miembros posteriores. La relación de los padres tiene prioridad sobre los hijos, ya que gracias a esa unión fue posible la llegada de los hijos.
Ante los padres los hijos siempre serán los pequeños y esto no significa que hay que hacer todo lo que dicen los padres sino que se debe honrar y respetar a los padres, tal y como son y tomar todo lo que nos dieron con amor.
Equilibrio entre dar y recibir. En toda relación entre iguales debe existir un equilibrio entre el dar y recibir. Dicho equilibrio no se cumple con los padres, debido a que estos nos regalan lo más grande que se tiene “la vida” y esto no puede ser devuelto...sino que se tiene que tomar con todo nuestro corazón y pasarlo hacia adelante, hacia nuestros propios hijos o proyectos de vida.
Agradecer todo tal y como es y cómo fue. Cuando con humildad nos inclinamos ante la vida, respetando y agradeciendo todo lo que viene...la misma vida nos bendice con mucho más...porque así vivimos sin expectativas, ni exigencias.

Cuando empezamos a comprender y aplicar los órdenes del amor en el diario vivir, empezamos a estar en sintonía con la vida, porque dejamos espacio para la armonía en las relaciones ocupando el lugar que nos corresponde y dando lugar a todos los que forman parte, sin emitir juicio. Sólo esto proporciona la paz y la sabiduría.

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