Cuánta importancia tiene la crianza que damos a nuestros hijos! Es en la primera infancia, en los primeros años de nuestra vida que aprendemos la mayor parte de las creencias que nos acompañarán el resto de nuestras vidas. Nuestros padres son mayormente los encargados de esa tarea, luego se suman los educadores y el resto de la sociedad.
Lo que somos hoy es producto de lo que nos enseñaron. Cuando venimos al mundo nuestra mente subconsciente está vacía y nuestra mente consciente no ha desarrollado capacidad para rechazar, seleccionar. Acepta todo lo que el medio ambiente le dice. El primer medio ambiente del niño ya nacido, es su entorno familiar. Lo que ve allí, lo que siente allí, es lo que se graba para siempre. Muchas creencias que aprenderá en ese entorno familiar y luego en el de la educación, cuando sea adulto lo limitarán, no le permitirán desarrollar sus habilidades naturales, su potencial.
Si en su entorno familiar, no lo estimulan a confiar en sí mismo, si priorizamos nuestro tiempo, nuestras obligaciones, nuestros compromisos antes que las de nuestros hijos, los condenamos a una vida de fracasos, de tristeza, de apatía. Quieres eso para tus hijos? No, verdad. Entonces, revisa como los estás educando, que creencias le inculcas y sobretodo si le trasmites confianza en sí mismo, si lo estimulas a desarrollarse, si le permites tener sus propias opciones, aunque sean diferentes a las tuyas.
Aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI aún tenemos crianzas sobre protectoras y autoritarias. Eso no es de asombrarnos porque las personas que educan así, lo hacen porque no saben hacerlo de otra forma, es lo que les dieron a ellos y tratan de hacer lo mejor posible. Creen que eso es lo que corresponde. Así estamos creando niños y luego adultos inseguros, tímidos, con baja autoestima y auto confianza, que no desarrollan su potencial, que ni siquiera descubren cuál es ese potencial.
Los adultos tenemos que esforzarnos por tener un hogar, un entorno familiar adecuado para criar a nuestros niños. Si la pareja pelea constantemente, si el marido le pega a la mujer y viceversa (ojo que ocurre y con más frecuencia de lo que piensan, solo que no se divulga porque avergüenza al hombre) si uno impone su voluntad sobre el otro, si uno solo decide sobre su hijo, el lugar donde vacacionar, las cosas que consumir o comprar, si al niño no se lo deja participar de la vida familiar activamente, de verdad no fingiendo que lo hace, pero luego los papás hacen lo que se les viene en ganas, si no se conversa con el niño acerca de las cosas que va recibiendo del medio ambiente para permitirle pensar por si mismo, etc. no estamos criando un niño, estamos criando un limitado más, que sucumbirá a las creencias equivocadas que le inculcaron, que además luego transmitirá a sus hijos.
Y algo especialmente importante, es que tendemos a repetir en nuestra vida de adultos ámbitos similares a aquellos en los que nos criamos. Ese niño criado con autoritarismo, se unirá en el futuro a personas que compartan la creencia del autoritarismo, siempre es así, nos unimos con los similares. La mujer criada en un clima de autoritarismo, encontrará una pareja autoritaria, un jefe autoritario, una vecina autoritaria, un vendedor autoritario etc. Así de simple, reiteramos los patrones que nos enseñaron en nuestra crianza.
La constante repetición de cosas como “tu no vales nada”, “tu no haces nada bien”, “cállate que tu no sabes nada”, “aquí el que manda soy yo”, “ se hace lo que yo diga”, “es así porque yo lo digo”, “ eres un inútil”, “bueno para nada”, “que torpe eres” etc, son la causa de tantas y tantas personas infelices y frustradas, enterradas en una vida que les es ajena, en la que no quieren estar.
Cuánto tenemos que reflexionar y corregir en nuestras vidas diarias, porque esto se trata de la vida diaria, de la cotidiana, esto no es una película de hadas. Es nuestra vida, es nuestro mundo.
Vean nomás, este mundo competitivo, donde el de acá quiere ser más que el de allá, el consumismo nos consume, unos pisan a otros, otros envidian, matan, violentan, y todos esos otros males que tiene la humanidad, que no son más que las tristes expresiones de nuestras miserias internas, las hemos aprendido de nuestros entornos. Nos enseñaron a ser así. Algunos queremos un mundo mejor, respetar la vida, otros quieren seguir así. Cuántos serán los que quieran un mundo establecido en bases más sólidas, solidarias, donde dejemos fluir la energía cósmica? OJALA QUE SEAMOS MUCHOS, POR EL BIEN DE LA HUMANIDAD, para que no se caiga a pedazos, ojala tengamos otra oportunidad, corregir lo que hemos hecho mal.